The Lost Cause

Los problemas que acá se describen pueden separarse en dos categorías: los del planeta y los del mundo. No recuerdo quién sugiere este sistema de categorías, pero es así: planeta se refiere la naturaleza, mundo se refiere a lo humano. Entonces: hay incendios e inundaciones, por un lado, por otro lado reaccionarios que se oponen a los cambios necesarios para dar ayuda a los desplazados por los incendios e inundaciones.

De cómo lidian con la primer categoría se dice poco, es el territorio de la especulación fantástica. Se mencionan materiales futuristas, bloques prefabricados, planos y diseños de acceso público, sistemas de préstamo de bicicletas. Insisten mucho con aumentar la densidad pero yo no estoy de acuerdo con edificios tan altos. Afortunadamente no llegó tan lejos el conflicto pues el edificio importante se queda en 4 pisos.

Los problemas del ámbito humano son más escabrosos, tienen que ver con que hay puntos de vista radicalmente diferentes. Los que parten de la narrativa de separación -ellos contra nosotros- crean todo tipo de obstáculos y amenazas para los demás. Está clarísimo que son una bola de ojaldras, pero no está nada claro qué hacer con ellos. Se describen algunos esfuerzos por organizarse, algunas organizaciones incluso, como los cascos azules. Se describe una cierta conducta altruista y solidaria que está más normalizada que lo que vemos estos días.

Entre batallas hay tiempo de dar y oir discursos, algunos bastante buenos pues sintetizan varias posturas y cómo se contraponen. Exponen su cosmovisión los plutócratas que se sienten más listos que los demás, también el otro bando que va descubriendo que esta pelea no es para ganar, es para no perder.

Muy local, muy californiano. Buena onda pero se siente alienígena. Los problemas del protagonista y sus aliados, aunque son terribles, incluso familiares, se sienten como de primer-mundo. Por ejemplo: el compa está tratando de organizarse con otros para alivianar desplazados. ¡Su punto de partida es ser dueño de una casa! Hay un esfuerzo en todo el texto por extrapolar aspectos culturales de nuestro tiempo al que vendrá en unos 30 años. Usos del lenguaje, como swipe-left para no-gustar, o pronombres no binaries. Creo que también está pensada para novela juvenil, por lo tanto el protagonista tiene 19 y se comporta como un pelma en varios sentidos.

Esta novela no es ningún "Ministry for the Future", pero creo que es bienintencionada, me da la impresión de que el autor escribe pensando en su hija.